El ser humano inventó el arte ante la necesidad de expresar sus sentimientos y emociones, plasmar sus pensamientos, o incluso para representar sucesos pasados o imaginarios, además de, en muchos casos, estar relacionado con creencias religiosas. Las posibilidades del arte son infinitas, por eso es tan atractivo para nosotros.
El arte es necesario, y por eso no va a desaparecer nunca. Es algo que tenemos dentro de nosotros, aunque cada uno lo exteriorice a su manera. Nos gusta observarlo, leerlo, oírlo, tocarlo; al igual que a otros les complace pintar, escribir, componer o tallar. Para cada persona el concepto de arte es distinto, y es por eso por lo que cada representación es única y no tiene límites. El arte puede cambiar, pero no morir.
La técnica y el arte están ligadas desde sus orígenes, ya que el arte no sería posible sin técnicas. No se debe confundir herramienta con técnica, ya que la técnica es el conjunto de operaciones (con el uso de herramientas) con las cuales se transforman los materiales, mientras que la herramienta es el material directo con el que se transforma, y solo cumple esa función (el término técnica es mucho más amplio, incluyendo también los conocimientos que la persona tenga sobre el material con respecto a la forma en que quiera transformarlo).
Técnica y tecnología no son lo mismo, pero pueden estar relacionadas, ya que dentro de la técnica puede estar también incluída la tecnología si es con ella como quiere desarrollarse el proyecto.
El arte tecnológico es aquel que utiliza la tecnología como medio para llevar a cabo la obra o proyecto. Aunque la tecnología lleva formando parte del proceso de construcción y elaboración de materiales desde la prehistoria, actualmente se entiende por el uso de máquinas más complejas o incluso programas informáticos, es decir, la tecnología actual. Un ejemplo es el arte gráfico.
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